17 de enero de 2011

La Gente que me Gusta

Esta tarde he estado con Manolo, y como siempre que quedo con él, vuelvo con la agradable sensación de haber puesto ideas en orden.

Manolo y yo fuimos compañeros de trabajo hace ya varios años, y curiosamente nuestra relación ha crecido desde que no trabajamos juntos. Manolo es una de esas pocas personas que se implican con algo que les gusta, sin buscar compensaciones, como otros dirían “por amor al arte”; todavía recuerdo cómo le brillaban los ojos cuando le conté lo que quería hacer, y cómo enseguida empezó a dar ideas. Pero para mí Manolo, con el paso del tiempo, se ha convertido en esa persona con la que tengo que hablar los temas que creo importantes, necesito su opinión, porque aunque no coincida con la mía, me da otra visión sin complejos ni intereses. Podría decir que Manolo, sin él quererlo, se ha convertido en una especie de consejero.

Pues bien, esta tarde hemos hablado de varios temas, pero fundamentalmente de una posibilidad nueva que se ha abierto en los últimos días, y que de seguir adelante, puede llevarnos a poner en marcha, por fin, nuestra empresa. Hemos hablado de las variantes que habrá que realizar, de cómo mantener a salvo nuestro concepto de negocio, de cómo enfocar las siguientes entrevistas, y sobre todo, de qué hay que defender a toda costa para no desvirtuar nuestro Proyecto.

Pero con lo que al final me quedo después de haber pasado un rato de charla con Manolo, es con esa agradable sensación de haber puesto en orden las ideas. Y cuando volvía a casa, me he acordado de un poema sobre el que circulan varias versiones por la red, y que algunos se lo atribuyen a Mario Benedetti; sea o no de este gran poeta, me quedo con esta versión que me guardé hace ya bastante tiempo:

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierde de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

Nos vemos. Salud y Bayyana!!!

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