Es la primera respuesta que se me ocurre, y que doy, cuando me preguntan ¿y por qué una fábrica de cerveza? Estoy seguro de que se trata de una pregunta automática, y que me la harían igualmente si quisiera montar una tienda de zapatos, un taller mecánico o un bar. Parece que todo lo que sea apartarse del camino profesional que has llevado a lo largo de los años suena raro.
Y aquí aparece un tema recurrente en el mundo del emprendimiento, tanto por parte de los gurús que tanto saben y aconsejan, y de los que la gran mayoría nunca han montado un negocio que no sea el de dar consejos y escribir libros, como de esos inversores que nunca tienes claro si de verdad lo son, porque lo único que quieren es “invertir” en algo que les “garantice” unos pingües beneficios de inmediato. Me gusta esta tierra, ¡pero qué falta nos hacen empresarios de verdad!
A lo que iba, el tema recurrente es que parece de obligado cumplimiento que cuando una persona decide montar su propia empresa, debe conocer su sector en profundidad; en mi caso yo debería llevar varios años trabajando como directivo en una cervecera. Es innegable que conocer el negocio ayuda a no cometer ciertos errores, pero también es innegable que conocer el negocio en profundidad no deja ver con claridad alternativas nuevas. Cuando conocemos algo demasiado bien hay muchas cosas que se convierten en automáticas, dando por hecho que son así porque sí, sin más motivo; ¿os habéis parado a pensar lo difícil que resulta explicar a alguien que lo desconoce, un trabajo que nosotros hacemos de manera automática? Haced la prueba, nos saltamos pasos, para nosotros es un clic y para quien no lo conoce son cinco.
En un mundo tan cambiante como el que vivimos aportar nuevas visiones a los negocios es algo que en la mayoría de las ocasiones acaba funcionando bien, precisamente una alternativa que se está utilizando para impulsar negocios que están estancados, es mirar cómo funcionan otros de distintos sectores, estudiar si es viable imitar sus procesos. Evidentemente esto lo hacen empresarios que deciden ir un poco más allá, que no tienen miedo a equivocarse porque consideran que es parte del “juego”, que saben que hay que observar todo en todas partes porque ya nadie inventa nada, todos mezclamos de todo.
Así que ¿por qué no? Estoy convencido de que nosotros podemos aportar una visión nueva a este negocio, más fresca. Hace unas semanas me preguntaron que por qué quería entrar en un mercado “maduro” como el de la cerveza, mi respuesta fue corta y clara: este mercado no está maduro, está cansado de que siempre se haga lo mismo. ¿Qué podemos esperar de un mercado que en nuestro país está dominado por tres grupos?
Nos vemos. Salud y Bayyana!!!
Felicidades por el proyecto y por el emprendimiento!! Comparto tus comentarios y opiniones sobre la empresa y el emprendedor. La mayoría de personas se apunta a un bombardeo cuando se garantiza unos beneficios, un liderazgo, o un reconocimiento. Lo difícil es que te apoyen o acompañen cuando solo tienes una idea y poco dinero para invertir. El riesgo, sólo se da en el deporte ( deporte de riesgo, deporte de aventura).
ResponderEliminarHace falta gente que promueva, cree, aporte de nuevas técnicas, nuevas ideas, nuevas formas de trabajo, compartir, en fín..... tener coraje.
Animo, y a por todas!! nos iremos escribiendo!!!
Gracias por tu comentario Esther. La verdad es que hay veces en las que uno piensa que está luchando contra molinos de viento, pero también es verdad que esa lucha es la que va a conseguir que Cerveza Bayyana exista.
ResponderEliminarLo conseguiremos Esther, y no me cansaré de decir que esto debe ser un logro de todos, porque esta empresa no tiene sentido sin la colaboración de todos.
Una vez más, gracias.
Solo el nombre enamora "Bayyana". Será un éxito.
ResponderEliminarEstoy contigo Juan, yo tambien tengo ese "sentimiento/necesidad" de emprender y cuando a alguien le hablas de montar un negocio sea el que sea, y más aún, si tienes una carrera universitaria, te miran como un bicho raro, a veces las barreras sociales y familiares en este sentido son más difíciles de superar que otras que a priori deberían suponer una mayor barrera. Cuantas veces he escuchado "si no te gusta tu trabajo prepárate unas oposiciones..."
ResponderEliminarSí, la verdad es que estoy muy orgulloso del nombre. En sueños oigo gente diciendo: ¡ponme una Bayyana!
ResponderEliminarJesús lo de emprender es algo tremendamente personal, algo que se lleva muy dentro. Y lo que tiene uno dentro, tarde o temprano acaba por salir...
ResponderEliminar